Desde los tiempos de Stone Cold Bush ha llovido mucho; se me escapa el porqué, han cambiado los ritmos hasta parecer en algunos casos una banda insípida cuando justamente eran lo contrario. La cuestión económica y el contentar a esta nueva hornada de poperos fans tienen la culpa. Tíos os habéis vendido, ¿o no?, cuando compre el disco -pienso hacerlo aunque no sé si se merece el honor- espero haberme equivocado en la crítica, me estaría bien empleado por disparar antes de apuntar, además, derivaría en una dulce sorpresa. Espero mucho de vosotros.
Otra historia, más terrenal, como ya he comentado en alguna otra ocasión mi nombre aparece aquí reflejado sólo porque el autor lo considera una forma de dar la cara. Si por mí -como protagonista del cuento- fuera, me llamaría fandanguillo de las fanecas que me parece más simpático e incluso con más caché. Lo comento porque sí.
Pasando página -¡qué variado y conciso me está quedando esto hoy!, vamos bien-, he visto por la tele la subida de La Vuelta ciclista al Angliru. Espectacular, cada vez que los veo -pocas- encuentro más semejanzas con el deporte que suelo practicar. Increíble ascenso el de Juanjo Cobo, un tío duro.