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lunes, 7 de junio de 2010

Coordenada cero

Sigue la ruta de navegación. En el transcurso de los últimos días no se divisa nada en el radar. El Océano es inmenso y si variamos las coordenadas igual perdemos el rumbo. Nadie nos escucha, mayday, mayday,...


La bomba de achique no funciona y la fuga es irreparable con las herramientas de las que disponemos. Taponamos con viejas mantas, hacemos un torniquete para aguantar la presión del agua y esperamos ayuda. Tenemos barco para tres días todo lo más. Maldito el instante en que rozamos el casco contra esa baja, rajó como si fuese mantequilla.


Las horas vuelan como si fuesen las últimas de nuestras vidas, nadie quiere dormir. Creemos que cualquier minuto puede ser crucial. La fuga de agua es definitiva y no hay solución. Tendremos que tirar de emergencias.


Ir abandonando el barco en el bote salvavidas, yo me quedo por si hay alguna opción... no preocuparos que ya me las arreglaré. Gracias por todo. Cuidaros mucho.


Estoy sólo en un barco a medio hundir, la popa ya no tiene aire y se va para el fondo....la proa alzada mira al cielo por primera y última vez. Resisto, me reviento achicando; además no puedo salir de la sala de máquinas, estoy atrapado y el agua me invade. Tres, dos, uno, ... glub glub...no hay salida. Convulsión.


Bufff, me estaba ahogando con la sábana, vaya sueño más real. Pensé que era un capitán mártir. Tardé unos minutos en darme cuenta de la realidad, que angustia. Si los sueños significan algo, este no debe ser nada bueno.