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miércoles, 30 de junio de 2010

Con la miel en los labios

Ayer hablé con un compañero de deporte sobre los blogs, me comentaba que tenía uno y se extrañó cuando me preguntó si lo conocía y le dije que no. Como estaba orientado hacia el deporte que practicamos suponía que algún día le podría haber echado un ojo. Según él disponía de fotos y videos al respecto, que no subía material diariamente pues intentaba que éste fuese de calidad. Perfecto, lo visitaré en cuanto pueda, ya te comentaré, le dije yo.


Después de este diálogo me iba a quedar callado, pero me perdió la lengua. Le comenté que yo era diseñador gráfico y me dedicaba a todo este tema multimedia, que tenía páginas web, dibujaba, y tal. Le dí la dirección de una de ellas para que le echara un vistazo, le dije que yo también tenía un blog aunque no le dí la dirección pues no lo creí conveniente. Menos mal que no le interesaba demasiado pues no lo mencionó de nuevo.


Para mí este blog es una especie de terapia personal, mi psicólogo; una ventana para expresar mi forma de ver la vida sin intención de publicitarme ni adoptar una postura filosófica de la vida, aunque algunas veces parecen historias con moraleja copiadas de algún artículo escrito por Paulo Coelho (mi más humilde respeto hacia él). Para bien o para mal, salvo en la escuela, jamás he copiado cosas creadas por otro pues esa es la esencia de la creatividad pura y dura. Prefiero que mis trabajos sean malos a ser un buen falsificador.


Por eso no le dije lo del blog, porque para mí es algo personal, anónimo. El suyo no.