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viernes, 25 de junio de 2010

ONG's de boca chancla

Si hay algo que me pone enfermo es la gente que no piensa nunca en los demás. Dentro de la vida en sociedad hay claros ejemplos que ponen de manifiesto lo bien que hacemos demagogia, cómo nos gusta fingir que colaboramos y lo que luego sucede en la vida real, sin teorías que exponer de por medio. Ejemplos que supongo ocurrirán en todos los pueblos:


- Apadrinamos niños para enseñar la foto pero cuando vemos a uno cercano, que lo necesita de verdad, ni nos paramos. Y si es el caso de tener opción de viajar al país de origen del apadrinado en cuestión, lo hacemos en hotel a pensión completa. Si no llega la pasta para alojamiento, ya se irá en otra ocasión. Destino de sustitución:  Hotel de sol y playa con pulserita todo incluido (bajo mi forma de ver las cosas, el apadrinamiento y un régimen de T.I. son incompatibles, aunque mucha gente no estará de acuerdo).

- Cuando el semáforo se pone en verde y somos el primero de la cola, arrancamos con parsimonia que total como nosotros ya libramos, el de atrás que se joda. Lo mismo para señalizar con intermitentes hacia dónde nos dirigimos.

- Cuando vemos a un vagabundo remover la basura para buscar comida, nos da vergüenza ajena en lugar de preguntarle si quiere un bocadillo.

- Misión cumplida si nos podemos colar en la fila de la charcutería. Lo mismo para bus y metro.

- Si tenemos perro en un piso, nos importa bien poco si ladra por la noche mientras no estamos en casa.

- En el fondo nos jode que haya tanto inmigrante con trabajo y tanto parado nativo.

- Poca gente se iría de vacaciones con personas impedidas a su cuidado y, una vez de elegir, se eligen las vacaciones y se busca quien se quede con la persona discapacitada.

- Es mejor comprar en grandes superficies, que sale el producto más barato, aunque nuestro vecino, el de la tiendecita de abajo, se vaya al garete.

- Los políticos, cuando sueltan pasta para ayudar a los demás, nos enteramos todos. Si se oponen a la ayuda, no se entera ni la familia.


Hay muchos ejemplos, algunos bastante más sangrantes, de como la sociedad en general aboga por un mundo más justo, siempre y cuando no le toque a su bolsillo. Los que trabajan de funcionarios saben de lo que les hablo.