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miércoles, 23 de junio de 2010

¿Comparado con quién?

Supongo que para ser escritor hay que ser un ávido lector, como no soy ni lo uno ni lo otro -bueno, ávido si soy- me tomo la justicia por mi mano y escribo lo que me da la gana, pues en esta tierra de libertades es posible. No prentendo por haber leído cuatro libros competir en vocabulario, no intento por haber escrito cuatro líneas que a los demás les interese. No tengo ambición por nada de eso, tengo ambición por vivir.


Me siento cautivado por la belleza de las formas, su representación en el espacio, temperatura de color, materiales, sombras e iluminaciones, ...vamos, podría dar una chapa que no viene al caso. Tengo que decir que me interesa toda manifestación artística ya sea una pintura o un castillo de arena, la gente que realiza todo este tipo de artesanía sabe que nadie podría pagarle las horas de mano de obra dedicados y aún así los hace, en la mayoría de casos para poder expresarse. No todos sabemos decir como nos sentimos con palabras. Por todo ello aporto mi granito de arena dentro de esta libertad publicitaria en la que vivimos, sin afán de demostrar nada, con licencia de ninguna clase.


Toda esta historia viene al caso porque ayer me dijeron que escribía muy bien. Si me lee cualquier escritor con un poco de talento se partirá el pecho y pensará que en el mundo tiene que haber de todo. Pues eso, que todo depende con quien te compares.