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martes, 23 de noviembre de 2010

Aquí hay gallo encerrado

Como ya he comentado en alguna ocasión me parece lamentable intentar hacer evolucionar una nación invadiéndola a golpe de metralleta y contracultura. Los países supuestamente retrógrados llegan a esta situación por una lucha mantenida tras años -cientos- de conflictos. Es imposible pretender cambiar una sociedad en cuatro días más si cabe cuando esta no quiere hacerlo. Es antidemocrático, serán ellos mismos lo que más tarde o temprano evolucionen. Si hay que gastar la pasta en algo, que sea en medicinas y alimentos para la peña.

Aunque quizá no tenga una base sólida para juzgar la política de un país quiero dar mi punto de vista sobre la situación que viven en Corea. El Comunismo es una ideología que desde los tiempos de los grandes pensadores alemanes (Marx, Engels) y sus discípulos soviéticos (Lenin, Stalin) ha ido penetrando en la sociedad haciendo creer al pueblo dueño -quizá no sea la palabra correcta- de sí mismo y sus circunstancias. Abolición de la propiedad privada, fin del capitalismo, inexistencia de jerarquías sociales, autoabastecimiento y autogobierno sin presiones externas son algunas de sus características así a grosso modo. A día de hoy, que yo sepa, tres países se rigen por este gobierno: China, Cuba y Corea del Norte, no creo que sus dirigentes se alimenten con sopas de soja, arroz y caña de azúcar como pretender inculcar.

Bien, los gobiernos comunistas cuando logran el objetivo de derrocar un antiguo régimen y dejan la oposición ocupando ahora plaza de poder, mantienen su ideología de manera radical entonces someten al pueblo a las leyes que ellos de boquita practican, convirtiendo una sublevación popular en un estado de tiranía donde nadie puede alzar una voz en contra. Cualquier conato de rebeldía es castigado severamente.

Cuando un país ataca a otro se supone que intenta expandir su ideología, a la que considera por encima de la sometida, mostrando premeditadamente todo su arsenal que al igual que pasa con los desfiles militares sirve para enseñar la percha a los vecinos. El dirigente norcoreano, paleto donde los haya, logra mantener a raya a su ciudadanía y propone el mismo tema a sus allegados, por las buenas o por las bravas, que eso es lo de menos con tal de avasallar. No tendrá el tipo bastante remordimiento con lo suyo que aún creerá que lo hace en beneficio del pueblo. China, superpotencia que podría mediar en el conflicto, es comunista también, así que a ver de que lado se pone. En este corral hay gallos más fuertes que en el conflicto del golfo.