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jueves, 25 de noviembre de 2010

Un serrucho nunca falla

Por mi tendencia a gripar motores era una locura comprarse una motosierra que iba a tener poca utilidad, podar cuatro árboles y poco más. Aún así el año pasado me compré una, de clase media y marca buena, por fiarme de algo conocido en un mundo que no conozco. Después de varias horas de uso, la máquina se apagó y ya no arrancó. Le dije a mi padre -estaba conmigo ese día- que seguramente sería de la bujía, que no pasaba nada, que ya compraría otra.


Con la llegada de la primavera, la motosierra no llegó a utilizarse de nuevo así que la bujía pudo esperar. Este día fuí a buscar una, se la cambié y la máquina no arrancó. Después de cagarme en sus muertos varias veces en otros tantos intentos, la dejé por imposible. Ayer la llevé al taller a ver que le pasaba y hoy me llamaron diciéndome que la máquina estaba gripada, que no había hecho bien la mezcla de gasolina y aceite, de todas formas, me decía la dependienta, por si me interesaba, me habían hecho un presupuesto de la reparación y salía por 280€. Como el taller era concesionario oficial de la marca les pregunté cuanto valía una nueva del mismo modelo que la mía. Me respondieron que salía por 259. Ya véis la gracia. Ahora me doy cuenta lo poco que necesito yo una motosierra.